miércoles, 30 de noviembre de 2016

De visita por Capuchinos

Hermandad Paz y Esperanza


 Bajo una idea primitiva marcada por los fundadores de la Hermandad, encontramos la explicación a una advocación de mucha devoción: Humildad y Paciencia.
 En la desaparecida Ermita de San Juan de Letrán se encontraba una imagen de Cristo bajo tal advocación, que aparecía sentado en una peña en actitud orante, como tantas otras imágenes de la misma advocación. Sobre este paso devocional podemos comentar que tiene su origen en la Edad Media, en los grabados que encontramos de Alberto Durero; iconográficamente aparece el Señor sentado sobre una roca, esperando el momento de la crucifixión, rogándole al Padre perdón para los ejecutores de su sentencia.


  Ante la imposibilidad de adquirir en propiedad la imagen del Señor existente en San Juan de Letrán, la Hermandad encarga en 1942 a don Juan Martínez Cerrillo la imagen de Cristo. Si bien, Martínez Cerrillo resuelve de manera diferente la iconografía de Humildad y Paciencia, apareciendo de pie, con los brazos abiertos, permitiendo el despojo de sus vestiduras, aceptando la cruel sentencia de Poncio Pilatos.


La imagen de Humildad y Paciencia de la Ermita de San Juan de Letrán se encuentra actualmente en la Parroquia de San Lorenzo. La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia fue bendecida el 25 de enero de 1943 por el Conciliario de la Hermandad, Reverendo Padre Fray Jesús de Pedro Abad, actuando como padrinos don Bartolomé Torrico Martos y su esposa doña Antonia Torrico de Torrico.


 La imagen, de talla completa, aparece de pie ligeramente flexionado hacia delante, con el brazo derecho hacia delante, quedando la mano a la altura de la cintura, y el brazo izquierdo ligeramente hacia atrás con la mano entreabierta.


 La cabeza se encuentra ligeramente girada hacia la derecha y sus ojos entreabiertos en actitud de agotamiento y dolor físico. Fue restaurado en 1989 por alumnos del profesor Rafael Valverde Luján.


Don Juan Calero Cantarero encargaba en 1939 al imaginero don Juan Martínez Cerrillo, natural de Bujalance, la imagen de una Virgen para la futura Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. La talla fue entregada el seis de septiembre de 1939, siendo bendecida en la Parroquia de San Andrés el ocho de septiembre por el Muy Ilustre señor don Juan Eusebio Seco de Herrera, canónigo de la Catedral, actuando como padrinos del acto, doña Paz Courtoy de García y su hijo Gregorio García Courtoy.


 Esta sería la primera imagen mariana que Martínez Cerrillo tallara para la Ciudad que lo vio crecer como imaginero. Esta imagen marcaría un estilo peculiar en las vírgenes de Juan, si bien esta sería fuente de inspiración en toda su obra y a la vez objeto devocional para él, y como no, para Córdoba.


 De su rostro podemos destacar su mirada, caracterizada por unos grandes ojos y pestañas muy marcadas. En sus mejillas aparecen seis lágrimas, repartidas asimétricamente en cada mejilla en grupos de tres. La cabeza está inclinada muy levemente hacia la derecha, pero sin dejar de contemplar en el horizonte su mirada, buscando siempre a quien la contemple de frente. Tiene un elegante perfil, con líneas bien perfiladas; el entrecejo aparece ligeramente fruncido, con unas finas cejas muy señaladas en el entrecejo.



 La boca aparece ligeramente entreabierta, con labios muy marcados y las comisuras abiertas, dejando escapar una ligera sonrisa que viene a reflejar la Esperanza de una pronta Resurrección de Cristo.





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