La
devoción a Jesús Nazareno Rescatado en nuestra ciudad data de los primeros años
del siglo XVIII, tratándose de la adaptación local del Jesús de Medinaceli,
advocación muy venerada a partir de un episodio histórico en el que los frailes
de la orden trinitaria rescataron un notable conjunto de imágenes de tierras
musulmanas. Así, ya en 1713 consta la constitución de una hermandad que pasa a
lo largo de más de dos siglos por fases de plenitud y, sobre todo, de honda
postración, pero sin que ello signifique merma alguna del cariño de los
cordobeses por Jesús Rescatado. Así en 1771 figura en una relación de las
hermandades cordobesas ordenada por el Presidente del Consejo de Castilla, no
figurando cinco años más tarde en el informe confeccionado a petición del
Obispo Trevilla.
Años
más tarde, en 1852 y 1853 la imagen es procesionada por la Hermandad del Buen
Suceso y Ángeles de la Parroquia de San Andrés. En los comienzos del último
cuarto del siglo XIX lleva una vida bastante precaria incorporándose en algunas
ocasiones a la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo. Ya en el siglo
XX, la imagen procesiona en 1925 y 1928 integrada en un único cortejo con las
hermandades de Jesús del Calvario y del Santo Cristo de Gracia.
El
Jueves Santo 2 de abril de 1942 la cofradía realizaba su primera estación
penitencial. En 1944 pasa a ocupar su, desde entonces, tradicional lugar en el
Domingo de Ramos. En el año 1945 estaba prevista la incorporación a la
procesión de la Virgen de la Amargura, si bien la lluvia retrasó este proyecto
para el año siguiente. La consolidación de la cofradía se cimentará durante el
primer mandado de don Antonio Bejarano Nieto, Hermano mayor de noviembre de
1948 hasta octubre de 1955 quien recibió en el año 1951 la Medalla al Mérito Cofrade
instaurada por la cofradía de Jesús de Pasión.
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